Habituarse a una nueva postura es un proceso que dura unas semanas, pero puede acortarse ese tiempo si se practican conscientemente estos consejos en todo lugar: en la oficina, el auto y hasta cuando vemos TV en el sillón.
1. DESDE LOS PIES
Es indispensable que apoyes los dos pies en el suelo. El hábito de sentarse colocando una pierna encima de la otra, aparte de coartar la circulación sanguínea y linfática (buena parte del retorno venoso transcurre por la parte posterior de la pierna), carga la cadera y rodilla de abajo con el peso de la otra pierna, además de desalinear la pelvis y con ello, toda la columna.
2. SENTATE SOBRE LOS ISQUIONES
Las dos estrellas de una columna erguida y elegante son los isquiones (los huesos que hay en la parte inferior que solemos notar cuando llevamos sentados un buen rato sobre una superficie firme). Los isquiones son la base de la pelvis, y dado que la pelvis se articula con la columna (y las piernas), alinear la pelvis mejora la alineación de toda la columna.
3. SACRO Y LUMBARES
Para asegurarte de que estás correctamente sentado sobre los isquiones, tenes que pegar el sacro al respaldo. Como la columna no es recta, si la silla en la que estás sentados sí lo es, quedará un espacio entre la espalda baja y el respaldo. Ese espacio podrías rellenarlo con un almohadón delgado para poder apoyar las lumbares.
4. OMÓPLATOS
Para proteger tu espalda, tienen que estar apoyados sobre el respaldo.
5. CERVICALES
Pocas sillas tienen un relieve anatómico para las cervicales, es decir, una especie de almohadilla para poder apoyar la cabeza. Si tu silla no lo tiene, podes agregar un almohadoncito delgado para apoyar el cráneo (no las cervicales).
6. HOMBROS
Los hombros tienen que estar relajados. No se trata de empujarlos hacia atrás (hacia el respaldo) ni hacia abajo (hacia el suelo).
7. BRAZOS
Delante de la computadora es imprescindible apoyar los codos y antebrazos, y que no estén alzados, a fin de que el peso de los brazos recaiga sobre la mesa y no sobre la sustentación muscular.
8. APOYO SOBRE EL RESPALDO
Lo ideal es apoyar toda la espalda sobre el respaldo, pero manteniendo sus curvaturas. Lo único que tenemos que hacer es sentarnos sobre los isquiones y apoyar la columna sobre el respaldo para evitar que los hombros y la columna torácica se flexionen.