La talalgia es una dolencia que afecta principalmente al hueso calcáneo del pie; es decir, el hueso ubicado en el talón. Y los síntomas repercuten negativamente en el día a día de quienes la sufren. Este problema inflamatorio se manifiesta a través de un dolor agudo, intenso y localizado. Acompañado por la imposibilidad para realizar actividades cotidianas dada la dificultad para apoyar los pies en el suelo. Esta sensación de angustia se acrecienta principalmente tras un periodo de descanso. Es decir, después de la práctica deportiva o cada mañana al despertar.
Causas comunes de la talalgia
Hay algunas lesiones que influyen en la aparición de la talalgia:
Fascitis plantar: Sin dudas, la causa más común del dolor de talón. Esta se basa en la inflamación del tejido conjuntivo ubicado en el arco del pie. Concretamente, el tejido encargado de conectar los dedos del pie (zona metatarsal) con el talón (calcáneo). Como resultado, aparece un dolor agudo bajo el talón que tiende a remitir con el paso de las horas.
Espolón calcáneo: O dicho de otra manera, el agravamiento de la fascitis plantar. Consiste en el crecimiento del hueso del talón en forma puntiaguda provocado por una sobrecarga o una excesiva tracción.
No obstante, el uso de un inadecuado calzado, una incorrecta pisada, tener pies planos, el sobreesfuerzo o el sobrepeso, también son factores que inciden en la aparición de esta dolencia. Aunque el dolor de talón puede aparecer en cualquier momento, suele ser más frecuente en deportistas. Y es que el talón, es el encargado de amortiguar cada impacto del pie.
Asimismo, la edad también juega un papel crucial. En el caso de los más pequeños, el rápido crecimiento de los huesos impide la adaptación de los músculos en la estructura ósea. Sin embargo, en las personas de avanzada edad, es el envejecimiento el causante de la talalgia. Y es que, el paso del tiempo influye en la pérdida del tejido blando que rodea el talón.
¿Cuál es el tratamiento a seguir?
La curación de la talalgia exige tiempo. Es una dolencia que tarda en desaparecer, pero con el tratamiento adecuado es posible revertir las molestias. La pauta principal del tratamiento es el reposo, ya que el simple hecho de apoyar el talón agrava la lesión.
Pero no siempre podemos reposar todo lo necesario, por eso hay que contar con métodos alternativos que dependerán de la causa de la talalgia. Cuando el origen es un espolón calcáneo será necesario realizar infiltraciones de corticoesteroides con el objetivo de reducir la inflamación. Cuando la causa sea la fascitis plantar, se podrá recurrir al uso de plantillas ortopédicas.
No obstante, sea cual sea la causa, será conveniente realizar sesiones de fisioterapia. Solo en aquellos casos en los que el dolor no desaparezca podrá recurrirse a un tratamiento quirúrgico de la lesión.