El síndrome del túnel carpiano es una fuente común de adormecimiento y dolor de las manos. Los síntomas por lo general comienzan gradualmente y en cualquier momento, sin una lesión específica. Aunque a menudo se asocia con movimientos repetitivos de las manos, como teclear, el síndrome del túnel carpiano puede ser causado por muchas cosas. Ocurre cuando los tejidos que rodean a los tendones flexores en la muñeca se inflaman y hacen presión en el nervio mediano. Los síntomas inicialmente van y vienen, pero con el paso del tiempo pueden hacerse constantes. Una sensación de torpeza o debilidad puede dificultar la motricidad fina, como abotonarse la camisa. Estas sensaciones pueden provocar que a usted se le caigan las cosas. Si la condición es muy severa, los músculos en la base del pulgar pueden atrofiarse perceptiblemente.
Para la mayoría de las personas, el síndrome del túnel carpiano empeorará progresivamente si no se realiza algún tipo de tratamiento. La condición podría, sin embargo, modificarse o detenerse en las etapas tempranas. Por ejemplo, si los síntomas se relacionan definitivamente con una actividad u ocupación, la condición puede que no avance si la ocupación o actividad se interrumpe o se modifica.
Tratamiento no quirúrgico
Si se diagnostica y trata en una etapa temprana, el síndrome del túnel carpiano puede aliviarse sin cirugía con medidas de tratamiento simples como el uso de férulas, analgésicos o inyecciones de corticoesteroides. También se indicarán cambios de actividad, es decir, cambios en los patrones de uso de la mano para evitar posiciones y actividades que agravan los síntomas.
Tratamiento quirúrgico
La liberación quirúrgica del nervio estaría indicada si persisten los síntomas a pesar del tratamiento médico, si el estudio neurofisiológico es muy patológico, si hay un déficit sensitivo o motor establecido, o si existen síntomas severos o progresivos de más de 12 meses de evolución. La cirugía puede ser tanto abierta (convencional) como endoscópica.
La cirugía endoscópica es la alternativa mínimamente invasiva, puede realizarse de forma ambulatoria, ya que es de corta duración y se lleva a cabo bajo anestesia local. Se practica una pequeña incisión en la muñeca, se disecan los tejidos hasta identificar el nervio mediano y se libera totalmente dicho nervio a lo largo del túnel carpiano tras practicar una sección transversal del ligamento anular del carpo. Tras la cirugía, se coloca un vendaje en la muñeca y la mano en alto con ayuda de un cabestrillo, para evitar que sangre y se inflame. Es importante mover mucho los dedos y no flexionar la muñeca.
Se trata de una intervención que habitualmente no tiene complicaciones. Tras la cirugía, el dolor desaparece en días, y el resto de los síntomas mejoran en un plazo breve, dependiendo de la gravedad de la lesión. Muy poco tiempo después de la cirugía se pueden conducir vehículos, realizar el cuidado personal, cargar y agarrar objetos livianos. El médico determinará en qué momento se pueden retomar las actividades laborales y si debe tener alguna restricción.