Teresa cuenta que ya va por la tercera intervención con nuestro equipo.

Disfruta del jardín en su casa en Carlos Paz y recuerda que ya va a cumplir tres meses desde la cirugía de cadera que se le realizó.

La única huella de su último paso por el quirófano es un bastón que sólo usa para salir a la calle por decisión propia: quiere ser prudente, evitando que algún niño en un movimiento brusco la haga caer.

Comenzó con dolores intensos y a tomar antiinflamatorios tres meses antes de que finalmente fuera intervenida. Su médico de cabecera la derivó a unos profesionales que según ella no lograban dar en la tecla y el dolor se intensificaba cada vez más.

Decidió concurrir a una consulta nuevamente a nuestro centro, a donde había resuelto un infarto de rodilla y una fractura de muñeca.

Se le recomendó un reemplazo de cadera ya que su problema era que existía una necrosis en el hueso.

Así fue que se sometió al Protocolo del Manejo del Dolor que se aplica en nuestros procedimientos, fue intervenida en el Quirófano ambulatorio del centro, y recibió el alta al otro día.

Cuenta que nunca sintió dolor, que le llama la atención que no fue necesario hacer rehabilitación, y que cumplió con todos los pasos post-operatorios utilizando andador, posteriormente bastón, hasta no precisar de ningún apoyo.

Comparte con nosotros una broma que le hace uno de sus hijos acerca de la cirugía, por los resultados que han visto en ella: “mami, estás segura de que te pusieron la prótesis?

Le agradecemos a Teresa por confiar en nosotros y permitirnos compartir su historia.