Las salas de musculación de los gimnasios se dividen entre quienes hacen un poco de todo, los que optan por el ejercicio aeróbico y aquellos que buscan tornear sus cuerpos levantando peso. Ese último grupo tiene que tener especial cuidado con la espalda para evitar que la tensión provoque lesiones. El riesgo aumenta conforme al paso de los años, ya que los discos -que funcionan como una especie de amortiguadores entre los huesos de la columna- pueden secarse y volverse más delgados
Causas de las lesiones
Problemas en la curvatura de nuestra espalda. Las curvaturas junto con los discos intervertebrales ayudan a absorber y distribuir el esfuerzo que se presenta por los diferentes ejercicios que realizamos en el gimnasio. Cualquier alteración en nuestra curvatura fisiológica de la espalda, como escoliosis o hipercifosis, puede acarrear dolores o futuras lesiones.
Ejecución de ejercicios no adaptados a nuestro cuerpo. Se deben evitar los ejercicios que supongan un potencial peligro para nuestra columna. Es apropiado contar con la supervisión de un profesional que adapte tanto ejercicios como metodología de entrenamiento a nuestras limitaciones individuales y evite lesiones.
Ejecución incorrecta. La efectividad de un ejercicio reside en su técnica (entre otros parámetros), por lo que al realizar un ejercicio de manera correcta podemos experimentar sus beneficios, ejecutarlo con una técnica inadecuada puede ser especialmente grave para nuestra salud articular y ocasionar lesiones.
Sobrecarga. Cuando los estímulos a los que sometemos a nuestro cuerpo superan nuestro umbral de intensidad o los estímulos se dan sin un descanso correcto, perjudicarán inevitablemente a nuestra espalda, ya sea para originar un dolor o mantenerlo. La tensión que soportan las lumbares es la principal causa de lesión como consecuencia del trauma repetitivo.
Sobrepeso. Tanto el aumento de peso como la distribución geométrica anormal del peso, característica de la obesidad troncal, incrementa las fuerzas soportadas por la columna. El exceso de peso aumenta por sí mismo la carga sobre los discos intervertebrales, lo que acelera su desgaste e incrementa el riesgo de lesión.
Movilidad articular y balance muscular. Debemos atender a la musculatura postural y dinámica de la espalda, ya que una descompensación en el balance muscular de dichas estructuras, puede derivar en una hipertonicidad (exceso de tono muscular) o hipotonicidad (disminución de tono muscular), suponiendo una fuente de patologías o dolores inespecíficos.
Recomendaciones para evitar lesiones:
- Hacer algún ejercicio aeróbico y estirar bien antes de levantar pesas para calentar sus músculos.
2. Utilizar máquinas de entrenamiento en lugar de pesas libres (las máquinas ponen menos tensión en la columna y son más fáciles de aprender a usar para realizar correctamente el ejercicio)
3. Prestar adecuada atención a nuestra postural corporal, tanto en nuestra vida diaria, como en la ejecución técnica de cada ejercicio. - Adaptar entrenamientos, cargas y ejercicios a nuestra capacidad y limitaciones físicas.
- Ponerse en manos de entrenadores personales profesionales.