La osteoporosis es una enfermedad
progresiva y sistémica que se caracteriza por la alteración de la
micro-arquitectura del hueso: adelgazamiento, porosidad y disminución de la
densidad mineral. Estos cambios hacen al hueso frágil y propenso a fracturas.
Es el padecimiento más frecuente del hueso y se le considera como una
“enfermedad silenciosa”, ya que no suele producir cambios notables en la salud
de las personas afectadas, pudiendo ser una fractura la primera manifestación
aún en movimientos cotidianos que, generalmente, son de bajo impacto.
¿Cuáles son las complicaciones que puede traer esta enfermedad?
- Fragilidad en los huesos: La disminución de masa ósea provocada por la osteoporosis genera una fragilidad anormal, haciendo que las personas tienden a sufrir fracturas de gravedad con mayor facilidad. Las más frecuentes se presentan en muñecas, cadera, pelvis y espalda.
- Fractura de cadera: Las complicaciones más graves de la osteoporosis son las fracturas óseas, particularmente la de cadera, ya que pueden ocasionar discapacidad y mayor riesgo de muerte durante el primer año después de la lesión.
- Fractura de columna: Es una de las principales complicaciones asociadas a la osteoporosis y generalmente son provocadas por vértebras aplastadas debido a la disminución de masa ósea.
- Pérdida de estatura: Es una consecuencia de las fracturas vertebrales debido al debilitamiento de las vértebras, la postura se encorva y con el paso del tiempo se vuelve más visible.
- Dolor de espalda: El dolor en esta zona por osteoporosis es provocado por una vértebra aplastada o fracturada. Es importante no ignorar el dolor, y al momento que este se presente consultar al médico.
- Riesgo a sufrir nuevas facturas: Las personas con osteoporosis son más propensas a sufrir nuevas fracturas con el paso del tiempo que, además de afectar la calidad de vida, suelen ser mucho más costosas de atender.
- Incapacidad en las personas: Las fracturas y pérdida de masa ósea pueden generar limitaciones para realizar actividades cotidianas como agacharse, saltar, correr y trotar.
Para una salud ósea se recomienda una alimentación balanceada, realizar ejercicio de manera regular para fortalecer los huesos, consultar a su médico para revisiones periódicas, y de ser necesario realizar una densitometría ósea.