El principal factor a tener en cuenta es la presencia de ruptura o no del tendón. Las opciones de tratamiento más conservadoras (fisioterapia) o la reparación mediante intervención quirúrgica dependerán, sobre todo, de esta presencia o ausencia de ruptura. A pesar de ello, hay otros factores que influirán a la hora de escoger el tratamiento indicado para cada caso:
- La fase de lesión: En fases iniciales y si no se presenta ruptura, la fisioterapia puede ser suficiente para re equilibrar la musculatura de la articulación y corregir la lesión.
- La edad: En edades avanzadas se incremente el riesgo de ruptura y empeora la capacidad de cicatrización.
- El deporte que practica el paciente: Se deberá tener en cuenta la diferencia entre un deportista que utiliza principalmente los brazos y uno que no lo hace.
- El trabajo: Si el trabajo realizado por el paciente implica el uso o no de los brazos.
- El brazo afectado: Si la lesión del manguito rotador afecta al brazo dominante o no.
- El número de tendones afectados: Habitualmente se suele afectar principalmente el supraespinoso, después se añade la porción larga del bíceps y finalmente el infraespinoso.
- El tamaño de la ruptura: Puede variar desde un simple “deshilachamiento” del tendón hasta la ruptura completa de varios tendones.
- Si el paciente es fumador o no: Es un factor muy importante que ha demostrado favorecer la progresión de la rotura y dificultar la cicatrización al alterar el proceso de microvascularización de manera directa.
Ante una lesión del manguito rotador, el traumatólogo analizará primero si existe o no ruptura del tendón, y luego evaluará todos los factores mencionados; de acuerdo a ello, recomendará cuál es la mejor opción de tratamiento en cada caso.