Desgarro muscular: tratamiento y recuperación

El desgarro muscular, también llamado rotura de fibras musculares, consiste en una lesión que hace que las fibras del tejido conforman al músculo sufran una distensión o se rompan.  Puede producirse de tres maneras:

  • De una manera directa, como consecuencia de una contusión o golpe. Evidentemente un golpe directo a un músculo provoca el rompimiento de sus fibras, pudiendo catalogarlo como desgarro muscular.
  • Una segunda forma directa, en la que el músculo es estirado más allá de la capacidad que tiene el mismo naturalmente para estirarse.
  • De una manera indirecta, como consecuencia de una elongación brusca del músculo generalmente producida por una contracción rápida y fuerte del mismo. Esta es la forma más común en la que suele producirse el desgarro muscular o rotura de fibras musculares.

Es importante destacar que la recuperación de un desgarro va a depender de la gravedad de la lesión y de características individuales de la persona, como edad, si es deportista o sedentario, si es fumador, entre otros aspectos. Y asumiendo que se realiza un proceso de rehabilitación adecuado.

TRATAMIENTO

El tratamiento que tu médico especialista te indique para un desgarro muscular leve o de primer grado seguramente puedes hacerlo desde tu propia casa. El método más conocido para hacerlo es el método PRICE, por sus siglas en inglés que significan:

  • Proteger (protect): cuidar la zona afectada de otras lesiones.
  • Descansar (rest): hacer reposo y no sobre exigir al músculo.
  • Hielo (Ice): aplicar frio a la zona afectada para bajar la inflamación.
  • Comprimir (compress): aplicar presión sobre la lesión.
  • Elevar (elevate): mantener en alto la zona afectada para reducir la presión que favorece a la inflamación.

En los casos graves de rotura de fibras musculares puede ser necesaria una intervención quirúrgica para reparar el tejido. Este proceso es generalmente acompañado un tratamiento de rehabilitación acompañado con ejercicios que te indicará un fisioterapeuta especialista en rehabilitación.

¿Cómo evitar contracciones bruscas del músculo?

Es clave el calentamiento previo a la actividad física para aumentar el flujo sanguíneo a los grandes grupos musculares. De esta forma, se mejora la capacidad de contracción del músculo y desaparecen los riesgos de movimientos con el músculo en frío.

Dependiendo del deporte que se va a realizar, los ejercicios deben incluir movilidad articular de menos a más amplitud, y de menor a mayor velocidad. Como complemento, previo a realizar deporte se recomienda una hidratación adecuada, horas de sueño acorde a la edad, y evitar realizar actividad con un dolor muscular pre-existente, como el generado por una contractura.

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