Las causas de los dolores de espalda son muy variables y múltiples, a nivel general podemos diagnosticar que las más frecuentes son malos hábitos posturales que están diariamente involucrados en la rutina, la edad y la repetición de movimientos que se deben corregir lo más pronto posible con nuestro biomecánico; y también las sobrecargas debidas a una mala planificación deportiva nos causan problemas estructurales en la espalda.
Más allá de esas causas generales hay otras que provocan el dolor como las descompensaciones producidas entre diferentes grupos musculares y aspectos incontrolables como son los producidos genéticamente, en las que desgraciadamente hay menos soluciones naturales para que se produzca una solución adecuada.
¿Cómo puede afectar la extremidad inferior al dolor lumbar?
Tipo de pisada. Si la pisada no es la correcta, los problemas generados no serán solamente de espalda, sino que se extenderán a las extremidades inferiores. Es fundamental realizar una prueba biomecánica de nuestra pisada y de este modo poder mejorar y saber adaptar nuestras zapatillas de running.
Dismetría de los miembros inferiores. Básicamente consiste en tener una pierna más larga que otra (con una pequeña desviación de un centímetro). Estas descompensaciones pueden llegar a generar escoliosis lumbar o torsión pélvica, entre otras.
Gran cantidad de kilómetros. Debido al volumen realizado se puede llegar a tener sobrecargas en la espalda por culpa de no abordar una prevención y planificación adecuada e individualizada.
Tipo de superficie. El impacto disminuye sobre aquellas superficies de asfalto favoreciendo una menor posibilidad de sufrir lesiones en carrera respecto a otras superficies como pueden ser la tierra o la playa, lugares habituales por las que se suele practicar running.
Prevención y tratamiento del dolor de espalda
Es fundamental mantener una correcta higiene postural haciendo ejercicios compensatorios de la musculatura, fortaleciendo tanto la zona abdominal como la zona lumbar conjuntamente con unos buenos estiramientos. Esto se consigue evitando excesos con cargas externas innecesarias y con las que el cuerpo, y más concretamente la espalda, puede llegar a resentirse.
En casos más extremos, el tratamiento a seguir es la cirugía. Por ejemplo, en una hernia de disco o una fractura vertebral. Evidentemente el proceso de recuperación va a ser más difícil, pero con voluntad y un buen trabajo se pueden lograr buenos resultados.