Las fracturas del codo pueden ser el resultado de una caída, un golpe directo al codo o la torsión del brazo. Además de la fractura puede haber esguinces, distensiones o luxaciones. Habitualmente es necesario realizar radiografías en varias proyecciones, así como otras pruebas adicionales (TAC o resonancia).
Los síntomas típicos de una fractura de codo son:
- Dolor y sensibilidad en la articulación.
- Inflamación y posibilidad de que aparezcan moretones.
- Entumecimiento en el codo, el brazo y la mano, así como debilidad.
- Incapacidad y dificultad para mover el brazo.
- Deformidad o abultamiento, que el brazo no tenga su forma normal.
- Además, en el momento en que se produce la fractura puede escucharse un chasquido. Si hay una deformidad visible significa que los huesos están fuera de su sitio o que la articulación está luxada.
¿Se puede prevenir?
Las fracturas de codo son difíciles de prevenir. No obstante, sí podrán mejorarse los síntomas y posibles dolores de la fractura de codo siguiendo las recomendaciones del especialista. En concreto, el paciente puede:
- Elevar el codo por encima de la altura del corazón para reducir la inflamación y el dolor. Es conveniente mover los dedos, abriéndolos y cerrándolos para evitar rigidez en la mano.
- Aplicar hielo en el codo para reducir el dolor y la inflamación, durante 15-20 minutos cada hora, más o menos.
- Tomar alguna medicación para el dolor, según indicaciones del especialista y no esperar hasta que el dolor sea muy intenso.
- Fisioterapia y ejercicios de rehabilitación para mejorar el movimiento de la articulación, así como recuperar la fortaleza en los músculos.
Tratamientos para la fractura de codo
Normalmente las fracturas de codo se recuperan con tratamiento no quirúrgico, tales como un cabestrillo, yeso o tablilla (cuando hay poco riesgo de que los huesos se muevan de sitio). En cualquier caso, el tratamiento dependerá de la edad del paciente y del movimiento que este realice durante el día. Así, es común aplicar yeso en los niños porque es poco probable que haya rigidez en el codo, algo más común en adultos. Para evitarla se harán ejercicios de rehabilitación y se aplicarán diversas terapias con calor, hielo, masajes.
En casos de fracturas más graves, que estén fuera de lugar o que sean inestables probablemente sea necesaria cirugía. La intervención consiste en reemplazar y estabilizar los trozos de hueso, o bien extraerlos. Cuando haya una fractura abierta y la piel se haya roto es muy importante intervenir urgentemente para limpiar la herida y el hueso, y reducir la infección.