El quinto metatarsiano es el hueso largo de la parte exterior del pie que se conecta con el dedo meñique, y forma un trípode junto al calcáneo y la cabeza del hallux. A pesar de tener un tamaño pequeño, este hueso es importante para poder realizar movimientos en las actividades diarias y físicas.
¿Cómo se fractura?
La fractura del quinto metatarsiano se produce básicamente por tres mecanismos: un esguince de tobillo, un traumatismo directo sobre el quinto metatarsiano o una sobrecarga ósea progresiva secundaria a la actividad física (stress óseo).
Según el tipo de mecanismo se producirá un tipo u otro de fractura. Es importante conocer el mecanismo y la causa de la fractura del quinto metatarsiano para planificar el tratamiento final.
Tipos de fracturas
– Fractura por avulsión: Se presenta cuando un tendón o ligamento arranca un pedazo pequeño de hueso de la porción principal del mismo. Este tipo de fractura es el resultado de una lesión en la cual el tobillo se gira hacia adentro.
– Fractura de Jones: Ocurren en un área pequeña del quinto metatarsiano, la cual recibe menos sangre y está, por lo tanto, más propensa a tener dificultad para sanar. Una fractura de Jones puede ser una fractura por compresión (una rotura muy fina y pequeña que ocurre a lo largo del tiempo) o bien una fractura aguda (repentina).
En todos los casos el síntoma más frecuente es el dolor inmediato en la zona afectada que viene acompañado con una inflamación, para luego aparecer un hematoma. La rigidez del pie se da rápidamente de haber sucedido la fractura. En muchas ocasiones este dolor es leve y permite seguir caminando o incluso corriendo. Con las horas el dolor incrementa y aparece una inflamación en la zona lateral que incluso deja a la persona sin poder caminar.
Evaluación clínica
Los pacientes típicamente presentan inflamación y dolor puntual a la palpación en la zona de fractura. El examen neurovascular es importante, así como la evaluación de la lesión de partes blandas y de la capacidad de deambulación. Asimismo, se realizan radiografías de todo el pie para descartar otras posibles lesiones asociadas que puedan necesitar tratamiento.
Tratamiento
Luego de definir la magnitud de la fractura, ya sea una rotura total o una fisura del hueso con desplazamiento o sin desplazamiento, la recomendación será el descanso absoluto, no pudiendo cargar ni hacer ningún esfuerzo que involucre al pie afectado. Y para el proceso de curación del hueso, el yeso será la mejor solución. Esto depende de la gravedad de la lesión, en caso no fuera tan grave sería suficiente con inmovilidad por un par de semanas. Con este tipo de tratamiento un porcentaje muy alto de fracturas del quinto metatarsiano consolidan sin precisar una cirugía.
En el caso de las fracturas de stress del quinto metatarsiano, que son el tipo de fracturas que se produce en deportistas, se recomienda la cirugía con la colocación de un tornillo sólido endomedular, para conseguir una rápida recuperación deportiva y que no se vuelva a fracturar en el futuro. El tiempo de recuperación deportivo acostumbra a ser de unos 3 meses. Luego de la etapa de consolidación y aparición de callo óseo, el paciente comienza a trabajar junto al kinesiólogo para empezar a restablecer los movimientos completos de los músculos y tendones, inmóviles durante la etapa del yeso, y seguir progresando hasta la vuelta al deporte.