Se conoce como osteocondritis de tobillo o lesión osteocondral a la lesión del cartílago de la superficie de la articulación del tobillo, que habitualmente afecta a un hueso llamado astrágalo. Suele ocurrir como consecuencia de traumatismos como caídas o esguinces.
Habitualmente, se diagnostica la osteocondritis por dolor persistente en la articulación, luego de un esguince de tobillo. El dolor suele manifestarse al caminar, correr, subir o bajar escaleras y sólo suele disminuir con reposo.
El diagnóstico preciso se obtiene realizando una resonancia magnética o una tomografía, mediante las cuales se evalúa el tamaño y grado de la lesión, tanto en el cartílago como en el hueso.
Dependiendo justamente del grado o tamaño de la lesión, existen alternativas de tratamiento que suelen definirse también como fases.
Como tratamiento conservador suele indicarse inmovilización con yeso u órtesis, reposo o tiempo de descarga de la pierna, etc, con el objetivo de que sea el mismo cuerpo el que repare la lesión.
Una opción más avanzada puede ser la infiltración en la articulación de plasma rico en plaquetas (PRP) o ácido hialurónico para ayudar al cuerpo a acelerar la reparación osteoarticular. (así estaba)
Finalmente, ya en la etapa donde los tratamientos anteriores no han funcionado, se recomienda la cirugía. El abordaje más utlizado es el de cirugía artroscópica. Dependiendo del grado y tamaño de la lesión se definirá la técnica quirúrgica o tipo de intervención a realizar.