Algunos factores climáticos capaces de aumentar el dolor o la rigidez son: el clima frío, la humedad de la lluvia o la nieve, un descenso de la presión barométrica y un aumento de la humedad justo antes de una tormenta. ¿Y por qué sucede? El frío aumenta la viscosidad del líquido sinovial, encargado de lubricar y nutrir al cartílago. Por este motivo algunas personas experimentan una mejoría en los síntomas de la artritis en zonas cálidas y secas.
Compartimos recomendaciones para protegerse contra las inclemencias del clima:
Cubrirse por dentro: nos referimos a ponerse ropa interior sobre la piel abajo de la ropa de calle. Es decir, usar prendas de telas aislantes que no retengan humedad. Generalmente ese tipo de indumentaria se vende en negocios donde hay artículos para acampar y otros elementos para actividades en la naturaleza.
Taparse por fuera: la segunda capa de ropa debe mantenerte calientito/a. Puede usarse una campera rompevientos o un suéter ligero de lana.
Mantener las extremidades tibias: usar medias que proporcionen confort y flexibilidad. Las medias hechas de lana o de una mezcla de lana, como los de nylon o Lycra, amortiguan y conservan los pies secos. Lo mismo aplica para las manos. Es recomendable usar guantes flexibles de tela o contra el agua, que sean impermeables y aislantes.
Evitar perder calor: se pierde hasta el 10% del calor corporal a través de la cabeza, así que se recomienda un gorro de lana o sombrero de paño que impida que el viento penetre al interior.
Proteger el cuello: una bufanda, un pasamontañas o un pañuelo alrededor del cuello le ayudarán a prevenir que esta parte del cuerpo y cara se congelen.
Impida que penetre el frío por la ropa: para lluvia o nieve, una capa impermeable, a prueba de viento, pero transpirable, como las hechas con Gore-Tex, es lo mejor. Para condiciones climáticas menos severas, use una chamarra flexible y repelente al agua, como las de poliéster.
Ponerse ropa adecuada: olvídese de los vaqueros y de telas delgadas. Opte por pantalones de secado rápido hechos de lana, mezclas de lana sintética o textiles tratados resistentes al agua como el poliéster. Para climas más fríos, elija pantalones con aislamiento interior de lana o franela.
Calzar zapatos cómodos: una buena inversión para el invierno es un par de zapatillas, botines o botas, que sea antiderrapante e impermeable, según sea necesario.