Olga tiene 75 años, 2 hijos y un nieto pequeño a quien cuida frecuentemente.
Ella es muy activa e independiente, participando de numerosas actividades en el “Illia”, el espacio donde se ofrecen varias propuestas para adultos mayores.
Fruto de su incesante movimiento y coquetería que aún mantiene, un resbalón le jugó una mala pasada mientras asistía a un turno médico, lo que le provocó una fractura de cadera y en uno de sus hombros.
Llegó a nuestro centro por contactos de sus hijos y ya hace tres meses se le realizó un reemplazo de cadera para resolver el problema. Según nos cuenta, pasado un mes de la cirugía ya no usó ni siquiera bastón y se recuperó rápidamente tanto de la cadera como del hombro, incluso no sintiendo actualmente ningún tipo de dolor.
Realizó la rehabilitación correspondiente indicada por el equipo y actualmente dice que hace vida normal, aunque no ha regresado a la actividad física más intensa por precaución.
Olga es la prueba de que una vida activa puede mantenerse incluso luego de realizada una cirugía de reemplazo de cadera por una fractura, siguiendo las recomendaciones del cirujano durante el post-operatorio y realizando con responsabilidad la rehabilitación indicada.
Agradecemos a Olga y su familia por confiar en nosotros y permitirnos compartir su historia.