La clavícula es el hueso que conecta el brazo con el resto del cuerpo, extendiéndose horizontalmente desde el omóplato hasta la parte superior del esternón. Su función principal es proporcionar estabilidad y movilidad al hombro. Es un hueso superficial y, en la mayoría de las personas, puede observarse bajo la piel al mirarse en un espejo.
Las fracturas de clavícula son comunes y generalmente ocurren por caídas sobre la mano, el hombro o con el brazo extendido, lo que genera una presión excesiva sobre el hueso, por deportes de contacto o por golpes directos sobre la clavícula, como los ocurridos en accidentes de tráfico.
Síntomas de la fractura de clavícula
- Dolor en la zona afectada.
- Dificultad y dolor al mover el brazo.
- Hinchazón, hematoma y sensibilidad al tacto.
- Sensación de crujido al intentar levantar el brazo.
- Presencia de un bulto en la zona fracturada, que en algunos casos puede provocar la perforación de la piel.
- Hundimiento del hombro afectado, que se inclina hacia adelante y hacia abajo.
Diagnóstico
Si se sospecha una fractura de clavícula, es fundamental acudir al médico. El especialista evaluará los síntomas, realizará un examen físico y palpará la clavícula para identificar el punto exacto de la lesión. También verificará que no haya daño en vasos sanguíneos o nervios.
Para confirmar el diagnóstico, se solicitarán estudios por imágenes, como radiografías o, en algunos casos, tomografías computarizadas.
La mayoría de las fracturas de clavícula pueden tratarse sin cirugía mediante aplicación de frío, inmovilización del brazo, medicación y fisioterapia para restablecer la función del hombro.
La cirugía es necesaria en casos donde:
- Hay un desplazamiento significativo de los fragmentos óseos.
- La fractura es múltiple y afecta varios segmentos del hueso.
- Se trata de una fractura abierta, con fragmentos que atraviesan la piel, lo que aumenta el riesgo de infección.
El procedimiento quirúrgico consiste en la realineación de los fragmentos óseos, asegurándolos con tornillos y placas metálicas. Generalmente, estos dispositivos no se retiran, a menos que generen molestias.
Tras la cirugía, se recomienda un programa de rehabilitación progresiva. El tiempo estimado de recuperación varía según la gravedad de la fractura, pero en promedio oscila entre 6 y 8 semanas. Algunas fracturas pueden requerir períodos más largos para una recuperación completa.