Cristina se dedica a la actividad comercial y esto le demanda estar en movimiento permanente, además de autodefinirse como una persona hiperkinética, a la que le gusta mucho realizar actividad física.

Hace cuatro años comenzó con dolores agudos en el hombro derecho, y le diagnosticaron rotura del tendón del músculo supraespinoso, lo que demandaba cirugía.

Luego de la intervención, experimentó bastante dolor durante quince días y la recuperación le llevó un tiempo demasiado prolongado, a pesar de cumplir estrictamente con la rehabilitación. Le tomó casi dos años el recuperar completamente la movilidad de ese brazo.

Casi en simultáneo a haber logrado la recuperación de esta primera cirugía, comienza a experimentar dolores en el hombro izquierdo por lo que inicia tratamiento de fisioterapia.

Al no advertir mejoras en cuanto al dolor, su kinesiólogo le recomienda visitar nuestro centro, ante su negativa a pasar por la misma situación anterior, y comentándole que existen otras altermativas previas a la cirugía.

Una vez realizados los estudios de rigor, se diagnostica también en el brazo izquierdo la rotura del tendón del músculo supraespinoso. Se le ofrece entonces intentar la infiltración de plasma rico en plaquetas (PRP) en la zona a tratar.

Este tratamiento consiste en la aplicación intra-articular de un derivado de la sangre del propio paciente, que contiene proteínas llamadas “factores de crecimiento” que colaboran en regenerar el tejido. Como se trata de la sangre del propio paciente, no hay riesgos de efectos secundarios.

Esta alternativa deviene de los avances de la medicina regenerativa, ya utilizados en otros campos, que tiene por objetivo reparar y regenerar tejidos para así frenar el avance del problema y recuperar la funcionalidad de la articulación.

Luego de realizado, sintió apenas molestias durante 15 días y a los dos meses, al realizarse una ecografía, el tendón se veía completamente regenerado.

Hoy, a casi un año y medio de la infiltración, el control arroja que su hombro se encuentra sin problemas y realiza actividad normal, incluso levantando carga hasta en el gimnasio, algo que pensó que nunca más podría hacer.

Agradecemos a Cristina por confiar en nosotros y permitirnos compartir su historia.