Es una enfermedad degenerativa causada por el desgaste del cartílago que recubre la articulación. La edad es el factor más importante en su desarrollo, por ello es más frecuente en pacientes mayores de 50 años, y principalmente en mujeres. La obesidad también es otro factor desencadenante por la sobrecarga de peso sobre la articulación. Pueden darse casos en personas jóvenes que seguramente deriven del algún traumatismo o lesión meniscal, fruto de la práctica de deportes de contacto.

¿Cómo se trata?
En casos de pacientes obesos, se plantea bajar de peso mediante una dieta sana y equilibrada, además de ejercicios de rehabilitación. También existe como opción de tratamiento indicar fármacos para aliviar el dolor, y alternativas como la infiltración de plasma rico en plaquetas (PRP) o ácido hialurónico.
En casos más severos se sugiere el reemplazo de la articulación de la rodilla con una prótesis que replica los componentes que se encuentran dañados. Puede realizarse un reemplazo parcial cuando sólo se retira y reemplaza el área dañada o un remplazo total cuando se cortan el hueso dañado, el cartílago y un ligamento, y se los reemplaza con una articulación artificial hecha de una aleación de cobalto, cromo o titanio, y polietileno.