Oscar Cabalén es parte de la historia del Centro Privado Segura, no sólo como paciente sino como responsable de engendrar a la tercera generación de la familia.
De origen santafesino pero cordobés por adopción, comenzó su actividad en el motociclismo a sus 24 años hasta que un accidente donde se fracturó la tibia y el peroné lo obligó a alejarse de las pistas y buscar otra alternativa para su pasión. Así se inició en el automovilismo.
En el año 1961 sufrió una fractura de antebrazo en el Gran Premio de Turismo Carretera, siendo atendido por el Dr. Florencio Isaac Segura, su futuro consuegro.
La muerte lo encontró de forma trágica a sus jóvenes 43 años en un viernes fatídico de 1967. El hecho enlutó al deporte argentino y al automovilismo en particular.
Los medios lo describen como un “caballero al volante y un ídolo debajo del auto.”
Hoy el Autódromo camino a Alta Gracia lleva su nombre ya que Oscar fue uno de los impulsores de su construcción. Fue bautizado así luego de su muerte, ya que fue inaugurado el 17 de marzo de 1968 con una carrera de TC.
Gracias Oscar por tu ejemplo. Sigue vivo en cada uno de nosotros.