Mitos y verdades de la osteoporosis

El principal problema de la osteoporosis es el desconocimiento popular de la enfermedad y su falta de síntomas. Esto impide un diagnóstico temprano que permita luchar contra ella con eficacia. Porque esta enfermedad puede ser muchas veces no solo reversible, sino también evitable con una serie de pautas y hábitos saludables.

Algunos de los mitos más importantes alrededor de esta enfermedad son los siguientes:

1. Se produce porque el hueso pierde calcio

Esto no es del todo cierto porque es una enfermedad degenerativa del hueso en el que este pierde densidad y grosor, no solo en lo referente a su mineralización sino también a su composición proteica.

2. Solo la padecen las mujeres

Es cierto que prevalece en las mujeres por menor densidad ósea y las alteraciones hormonales tras la menopausia, pero los hombres también son susceptibles de padecerla, y a partir de los 65 años el riesgo prácticamente se iguala.

3. Es una enfermedad de viejos

No necesariamente. Hay múltiples factores causales como la celiaquía no diagnosticada, la diabetes, el alcoholismo, el tabaquismo, las enfermedades hepáticas graves, el hipertiroidismo, el estrés o el colon irritable.

También ciertas medicaciones contra el cáncer, factores genéticos, la vida sedentaria, la desnutrición, la falta de sol, una dieta pobre en fibras y rica en grasas o, al contrario, excesivamente rica en fibra vegetal y demasiado pobre en grasas animales, etc.

4. La osteoporosis produce dolores

El problema de la osteoporosis es que no produce ningún tipo de dolor, al contrario de lo que se cree, y este es el motivo por el que se la conoce como la epidemia silenciosa. El dolor de las fracturas no se le puede imputar, porque la rotura de un hueso puede ser una causa de la fragilidad que le provoca la osteoporosis, pero no un síntoma.

5. Sólo se da por la menopausia

Es cierto que la alteración en la producción de estrógenos durante y tras la menopausia incide en la pérdida de calcio de los huesos. Pero esta situación no tiene por qué ser ni acentuada ni reversible. Si la persona llevaba una vida saludable antes y la sigue llevando tras la menopausia, puede que la pérdida de densidad ósea sea mínima y reversible.

6. No hay modo de evitarla

El ejercicio diario, huyendo de la vida sedentaria, una dieta equilibrada como la típica mediterránea, la exposición al sol y no caer en hábitos como el tabaquismo y el consumo de alcohol reducen sensiblemente las posibilidades de padecer osteoporosis.

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