Las enfermedades que afectan a los huesos son de las más comunes en la población adulta, con una fuerte presencia de la osteoporosis. En Argentina se proyecta que el número de fracturas a causa de osteoporosis aumentará en un 34% en los próximos diez años, una cifra que no suena exagerada si se conocen los números actuales de apenas una de estas lesiones.
La osteoporosis es una enfermedad sistémica que afecta la salud ósea y que a nivel local alcanza a 1 de cada 5 mujeres en edad post menopáusica. No obstante, aunque tenga mayor presencia en la población femenina, no es exclusiva de este sexo. Como consecuencia se presentan fracturas, principalmente de muñeca, columna y cadera, y tiene un enorme impacto en la calidad de vida de quienes las sufren. Lo positivo es que hoy se cuenta con herramientas diagnósticas, como los densitómetros, que permiten detectar la enfermedad precozmente, es decir, antes de que aparezcan esas primeras fracturas. Porque si bien es una enfermedad que aparece en la vida adulta, tiene sus bases en la juventud.
Aunque por lo general afecta a pacientes añosos, hay casos de osteoporosis secundarias que se pueden dar en personas de menor edad. Pueden estar relacionados con otras enfermedades, como la celiaquía, con algún problema de tiroides que no haya estado bien tratado o con el consumo de determinados fármacos que pueden afectar la salud ósea, como anticonvulsionantes y corticoides. Además, los pacientes que fuman tienen más riesgo de padecer osteoporosis así como los que tienen bajo peso, son sedentarios o tienen padres con antecedentes de fractura de cadera. Ante todas estas situaciones, sin importar la edad, hay que hacer una densitometría. En tanto, si los factores de riesgo no están, a las mujeres se les indica una densitometría a partir de los 65 años y a los hombres a partir de los 70.
Una vez realizado el diagnóstico, podrá definirse un tratamiento eficaz teniendo en cuenta la vida diaria del paciente, sus consumos, su ingesta habitual de lácteos y el nivel de actividad física que realiza. El ejercicio es fundamental para este tipo de enfermedades, siendo los que comprometen a todo el esqueleto los más favorables. Aquellos en los que el paciente hace una actividad de marcha, en los que se pone en acción todo el aparato óseo. Lo ideal es que la persona camine todos los días 30 minutos.
Realizar el diagnóstico precoz e iniciar el tratamiento cuanto antes, abre una ventana de oportunidad para reducir el riego inminente, es decir, el riesgo de que aquellas personas que acaban de sufrir una fractura vuelvan a fracturarse en los siguientes dos años.