Jorge se confiesa inquieto. Lo bueno de esta característica de su personalidad es que le permite compartir muchas aventuras con su familia, en especial su hijo y sus dos nietos.

Pero de alguna manera esto le jugó una mala pasada que derivó en la rotura de su Tendón de Aquiles.

Todo ocurrió estando en un complejo vacacional de su hijo en Calamuchita, donde por estar persiguiendo unos animales pisó mal en un desnivel de tierra y su tobillo sufrió las consecuencias.

Luego de pasado el momento donde sufrió un dolor agudo e intenso del momento, se dirigió a que lo revisara un médico en el Hospital más cercano, donde le confirmaron el diagnóstico y decidieron enyesarle el pie para inmovilizarlo además de indicarle la analgesia para aliviar el dolor.

Decidió inmediatamente regresar a su casa y consultar en nuestro Centro, del que ya es paciente por una cirugía de rodilla, además de su mujer también, por otros procedimientos realizados.

Al momento de confirmarle que debía realizarse una cirugía, se le informó que existían tres opciones de procedimientos. Entre ellas, se le recomendó la técnica percutánea para evitar así posibles complicaciones que suelen aparecer derivadas de una cirugía convencional “a cielo abierto” como se le llama, entre ellas, infecciones de la zona, que provocan una recuperación más lenta.

A los tres días de esa primera visita, Jorge se sometió al procedimiento. Este fue ambulatorio y se realizó en el quirófano que especialmente tiene el equipo para este tipo de intervenciones ambulatorias.

Jorge se retiró el mismo día a su casa, con siete puntos o suturas que repararon su tendón, y el tobillo enyesado. Se quitó el yeso a los 20 días y luego continuó con bota ortopédica.

Tuvo una recuperación muy rápida y buena rehabilitación.

Actualmente, a cinco meses de la cirugía, ya hace vida normal y no ha tenido ningún inconveniente post-operatorio en este tiempo.

Le agradecemos a Jorge por confiar en nosotros y permitirnos compartir su historia.