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Epicondilitis lateral o “Codo de tenista”

El codo de tenista, o epicondilitis lateral, es una enfermedad del codo provocada por el exceso de uso. No es sorprendente que jugar tenis u otros deportes de raqueta provoquen esta enfermedad. Sin embargo, otros deportes y actividades diferentes también pueden ponerlo en riesgo.

Estudios recientes demuestran que el codo de tenista a menudo se debe al daño en un músculo específico del antebrazo. El músculo extensor radial corto del carpo (ECRB) ayuda a estabilizar la muñeca cuando el codo está recto. Esto ocurre, por ejemplo, durante un golpe de fondo de campo en tenis. Cuando el ECRB se debilita debido al uso excesivo, se forman desgarros microscópicos en el tendón donde se une al epicóndilo lateral. Esto produce inflamación y dolor.

Los atletas no son las únicas personas que pueden padecer codo de tenista. Muchas personas con codo de tenista participan en actividades laborales o recreativas que requieren el uso repetitivo y vigoroso del músculo del antebrazo. Los pintores, plomeros y carpinteros son especialmente propensos a desarrollar codo de tenista. Los estudios han demostrado que los trabajadores automotrices, cocineros e incluso carniceros padecen codo de tenista con mayor frecuencia que el resto de la población. Se cree que la repetición y levantamiento de peso necesarios en estas ocupaciones conlleva a las lesiones.

La mayoría de las personas que padecen codo de tenista tienen entre 30 y 50 años de edad, aunque cualquier persona puede padecerlo si tiene los factores de riesgo. En los deportes de raqueta como el tenis, una técnica de golpe inadecuada y el equipo inapropiado pueden ser factores de riesgo.

Para arribar al diagnóstico se considerarán muchos factores que incluyen el cómo se desarrollaron sus síntomas, cualquier factor de riesgo ocupacional y su participación en deportes recreativos. Durante el examen, el especialista usará una variedad de pruebas de movimientos que se acompañarán con estudios de imagen para determinar con precisión el diagnóstico.

Una vez confirmado el diagnóstico, se evaluarán las opciones de tratamiento. En la mayoría de los casos, el tratamiento implica un abordaje en equipo y aproximadamente 80% a 95% de los pacientes tienen éxito con un tratamiento no quirúrgico. Se indica descanso, medicinas antiinflamatorias no esteroideas (AINES), terapia física, y en algunos casos uso de un brazalete de contrafuerza e inyecciones de esteroides.

Si los síntomas no mejoran después de 6 a 12 meses de tratamientos no quirúrgicos, el equipo médico puede recomendar la cirugía. La mayoría de los procedimientos quirúrgicos para el codo de tenista implican extirpar el músculo enfermo y volver a unir el músculo sano al hueso. Puede llevarse a cabo de la manera tradicional con una cirugía abierta que implica realizar una incisión sobre el codo. O puede realizarse manera menos invasiva mediante la artroscopía.

Contamos con un equipo especializado en traumatología del deporte que podrá evaluar el caso en forma personalizada e indicar el mejor tratamiento.

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